Arthur Conan Doyle fue el creador de Sherlock Holmes, uno de los personajes más importantes de la historia de la literatura. Un detective que basaba todos sus razonamientos en el método científico y que, a través de la lógica y la deducción, podía resolver cualquier problema.

Conan Doyle dotó a Sherlock con el don de la razón. Sin embargo, hacia el final de su vida, el autor se volcó al ocultismo y lo sobrenatural. Se convirtió en un férreo defensor del espiritismo.

¿Cómo es que un gran promotor del método científico terminó abrazando lo esotérico?

En esta nueva entrega de Mentes Creativas vamos a conocer sobre la vida de Sir Arthur Conan Doyle, pero principalmente nos vamos a meter en su mente y en su principal creación, Sherlock Holmes.

Sobre el final del artículo veremos cuáles fueron las razones que lo llevaron a decantarse por el espiritismo.

Un grandote aventurero que creó a la mente más brillante

Arthur Conan Doyle nació en 1859, en Edimburgo, Escocia. Era hijo de una familia con ascendencia aristocrática irlandesa, que incluía artistas como su padre y su tío.

Ya adulto, Conan Doyle medía 1,92 metros y pesaba 100 kg. Le gustaba el deporte y la aventura, aunque se decantó por estudiar medicina.

Si bien su familia tenía una buena posición, su padre era alcohólico y sufría de depresión. Esto obligaba a que sus tíos tuvieran que costear sus gastos.

Sus ansias de viajar (y también de dinero) lo llevaron a aceptar trabajos insólitos como servir como cirujano en una expedición al Ártico en un barco ballenero.

Finalmente, a los 27 años decidió asentarse en Portsmouth, Inglaterra. Su idea era convertirse en un gran novelista. Él quería escribir novelas históricas que eran las que daban prestigio intelectual.

Sin embargo, por el momento no tenía la oportunidad de hacerlo y sí le surgió la posibilidad de escribir algunas aventuras policiales que era lo que se consumía en la época a través de diferentes publicaciones.

Esto le iba a garantizar unos ingresos para ir manteniéndose, mientras se preparaba claro, para escribir las grandes obras literarias que tenía pensado.

La creación de Sherlock Holmes

A continuación voy a explicarte algo importante. En esa época las historias de detectives ya existían. Había autores como Edgar Allan Poe y Émile Gaboriau que escribían relatos policiales. Pero no de la forma que nosotros conocemos ahora.

Conan Doyle creó a Sherlock Holmes, un detective que utilizaba el método científico como base para resolver sus casos. Todo se podía saber a través de la deducción y el uso de la lógica, basándose en un extraordinario poder de observación.

¿De dónde sacó esta idea el autor?

Conan Doyle dijo que Sherlock Holmes estuvo inspirado en un profesor de medicina que tuvo en la Universidad de Edimburgo, el Dr. Joseph Bell.

Según cuentan, Bell daba excelentes clases, pero también fue un gran precursor de la medicina forense. Al recibir a un paciente, podía inferir su origen, su ocupación y muchos otros aspectos a través de la simple observación.

¡Un momento! ¿Un médico que recibe pacientes y con mirarlos sabe de dónde vienen, a qué se dedican, adónde van, etc.? ¡Eso es Dr. House!

Sí, exactamente. Muchas veces se dice que el personaje Gregory House está inspirado en Sherlock Holmes, lo cual es cierto y conocido. Sin embargo, como Sherlock está inspirado en el Dr. Joseph Bell, sería más preciso decir que House también lo está.

El éxito de Sherlock Holmes

Estudio en Escarlata fue el primer relato de Sherlock Holmes que escribió Arthur Conan Doyle

Cuando Conan Doyle escribió su primer relato de Sherlock Holmes, titulado «Estudio en escarlata», sufrió algunos rechazos hasta que fue publicado finalmente por Ward Lock & Co. en 1887. Fue un éxito y le abrió la posibilidad de escribir más historias de este estilo.

Si bien a Conan Doyle no le interesaba mucho escribir estos relatos, le proporcionaban un buen ingreso. El público parecía fascinado con el personaje y sus historias.

En los años siguientes salieron El signo de los cuatro (1890) y Un escándalo en Bohemia (1891). Este último se publicó en The Strand Magazine, que sería la publicación que editaría los siguientes relatos de Sherlock Holmes.

El público se hizo fanático de Sherlock y su fiel compañero el Dr. Watson, así que Conan Doyle comenzó a serializar sus relatos, publicando las historias en entregas. Este formato es el antecesor de la serie de TV o de streaming que conocemos hoy en día.

La apariencia que conocemos de Sherlock Holmes fue inspirada por el dibujante Sidney Paget, quien realizaba ilustraciones para The Strand Magazine. Posteriormente la figura se terminó delineando en las diferentes representaciones teatrales de la obra de Conan Doyle.

Las claves del éxito

¿Por qué Sherlock Holmes se convirtió en un gran éxito que llega a nuestros días? El personaje fue creado hace más de 130 años y al día de hoy sigue siendo reversionado, inspirado y copiado.

Hay varios factores que contribuyeron a su éxito en ese entonces y también en la actualidad. Veamos cuáles son.

Un nuevo formato de detectives

La idea de un detective que resuelve casos basándose en la lógica y la deducción es algo que nos parece obvio. Sin embargo, a finales del siglo XIX, no existía.

Como te contaba antes, había historias policiales, pero no con ese componente científico y no de la manera en que lo hizo Arthur Conan Doyle.

El método científico como llave universal

El método científico es una luz en la oscuridad. Aparece con la gran promesa de que al ser aplicado, todos los misterios pueden ser revelados.

Esa fuerza superior era un concepto nuevo y atrapante para el público. Representaba el fin de la superstición y de la pseudociencia.

Conan Doyle introdujo a la ciencia forense en sus historias. Una forma moderna y revolucionaria de realizar investigaciones.

Historias creíbles, basadas en la realidad

Sherlock Holmes apareció en el final de la Epoca Victoriana de Inglaterra. El personaje vivía en la calle Baker Street 221B de Londres.

Como si fuera poco, por ese entonces en Londres sucedían horribles crímenes que quedaban sin resolver. Por esa misma época, Jack el Destripador hacía estragos en el barrio Whitechapel, de la ciudad.

Estos eran todos elementos con los que el público podía identificarse. Y es por ello que mucha gente creyó en su momento que Sherlock Holmes existía en realidad.

El Dr. John Watson

Watson es el compañero de investigaciones de Holmes. Todas las historias están relatadas por él. Por lo tanto, funciona como nexo entre el genio incomprendido de Holmes y el lector.

Watson representa al hombre común. Muchas veces hace reflexiones sobre los casos que sirven para resaltar diferentes aspectos de la investigación o del misterio. Doyle pone en la boca de Watson el razonamiento básico de cualquier mortal, por más estúpido que termine resultando.

Es también Watson el que sirve como catalizador para el pensamiento de Sherlock Holmes. El que inspira y dispara las ideas del gran detective.

«Elemental, mi querido Watson» es una frase que se le atribuye a Arthur Conan Doyle, pero que no está en ningún relato de Sherlock Holmes.

Sherlock Holmes

Por supuesto que la gran clave del éxito de los relatos de Sherlock Holmes, es el personaje principal.

Insipirado en el Dr. Bell, Sherlock aplicaba el método científico para resolver casos. Sí, eso era fascinante, pero representaba solo una parte. La otra parte que lo hacía genial era su personalidad.

Sherlock es brillante pero también insufrible. Es antisocial, no tiene empatía y muchas veces incluso, carece de modales. No le interesa la cultura, ni el arte, ni el deporte y mucho menos la política. Vive en su mundo, en el cual su único objetivo es resolver casos misteriosos.

Holmes es un genio incomprendido y a pesar de su gran mente está lejos de ser perfecto. Es inestable y padece de adicción a las drogas.

En la versión original de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes consume cocaína y morfina. En adaptaciones modernas estas son drogas muy duras así que las suelen reemplazar con nicotina, o en el caso de Dr. House, analgésicos.

Sherlock era completamente diferente a cualquier héroe de la época y eso conectó con el público.

La amistad entre Sherlock y Watson

Sherlock y Watson son inseparables compañeros. Esta es una de las grandes amistedes de la historia de la literatura.

Se trata de una especie de relación simbiótica que hace que ambos personajes se complementen y se potencien. Sherlock puede ser un gran personaje, pero sin Watson al lado, queda falto de gracia y sentido.

Sherlock vs. Arthur Conan Doyle

Si has prestado atención, te habrás dado cuenta de que empecé el artículo centrándome en Arthur Conan Doyle y me fui a Sherlock Holmes. Esto que me pasó a mí al redactar, le pasó al público y al mismo Conan Doyle en su momento. De pronto, el personaje era más importante que el autor.

Como te conté al principio del artículo, Conan Doyle quería ser un gran novelista. Él consideraba que los relatos de Sherlock Holmes estaban por debajo de su capacidad creativa. Fue así como escribió dos libros históricos: Micah Clarke (1889) y La guardia blanca (1891).

El primer libro no fue un gran éxito pero el segundo fue aclamado. Sin embargo… ¡La gente quería a Sherlock Holmes!

A partir de este punto, Arthur Conan Doyle empezó a resentirse contra su personaje. Se comenzó a sentir un prisionero, un esclavo de él.

Parte del público creía que Sherlock Holmes era real y hasta le escribían cartas a Arthur Conan Doyle, pero con el personaje como destinatario. Todo esto molestaba mucho al autor.

Esto es similar a lo que le pasó a Hergé, el creador de Tintin. Te recomiendo mucho que leas ese artículo, ¡pero después! No te vayas así seguimos con la historia de Arthur Conan Doyle.

El autor escocés veía a Sherlock como un obstáculo en su carrera. Un obstáculo que tenía que superar y dejar atrás. Así que tomó una decisión. Mataría a Sherlock Holmes.

La muerte de Sherlock Holmes

Arthur Conan Doyle estaba decidido a matar a Sherlock Holmes, pero antes le escribió a su madre contándole la idea. Su madre se enojó y le dijo que no lo haga, pero ya era tarde. Él no iba a cambiar de opinión.

A pesar de su resentimiento con el personaje, quiso darle una muerte épica. Para ello, creó primero a un gran némesis. Un villano con la misma capacidad intelectual que Holmes, el Profesor Moriarty.

Ambos mueren cayendo en una cascada mientras pelean en El problema final, publicado en 1893.

La reacción del público fue de furia. The Strand, la publicación que editaba las historias de Sherlock perdió 20.000 suscriptores. El correo de Conan Doyle se llenó de cartas con protestas y hasta con insultos.

Algunas personas que creían que Sherlock Holmes era real vistieron un brazalete negro por las calles de Londres cuando se publicó el final de la historia.

10 años sin Sherlock Holmes

Después de matar a su gran creación, Arthur Conan Doyle obtuvo un gran alivio y siguió adelante con su vida.

Viajó por el mundo. Dio conferencias en Estados Unidos, visitó otros lugares y como su esposa enfermó se asentó un tiempo en Egipto.

En 1897, Conan Doyle ya contaba con 38 años. Regresó a Inglaterra y comenzó a escribir una serie de novelas históricas. Sin embargo, en 1898 recrudeció el conflicto armado en Sudán y decidió ir como como corresponsal de guerra.

Al año siguiente, en 1899 estalló la Guerra de los Boers en Sudáfrica. Partió hacia allí e instaló un hospital de campaña en el frente británico. Él mismo asumió los costos de instalación y mantenimiento.

También durante esta época, escribió diversos artículos donde defendía la posición británica en este conflicto. Por ese motivo, en 1902 recibió el título de Sir y es por eso que también lo conocemos como Sir Arthur Conan Doyle.

El regreso de Sherlock Holmes

Pasaron 10 años en los que el autor se alejó de su personaje. Le llegaban ofrecimientos para volver a escribir historias de Sherlock, pero a él no le interesaban. Aunque por ese tiempo tuvo la idea para una novela y se le ocurrió que podía incluir al detective como personaje. Además, esto le garantizaba aumentar sus ingresos con la publicación.

Así fue como Sherlock Holmes volvió en El Sabueso de los Baskerville, una de las historias más famosas del popular detective.

Pero no nos confundamos. Conan Doyle no revivió a Sherlock. Quería que siguiera muerto. Consideraba que esta historia era una excepción. Así que ubicó temporalmente los eventos de El Sabueso de los Bakersville tres años antes de El problema final. Sí, una precuela.

En esta nueva historia Sherlock aparece poco y a la distancia. Es Watson quien lleva adelante la investigación. Algunos interpretaron esto como una duda del autor en traer de nuevo al personaje.

La resurrección de Sherlock Holmes

A la insistencia del público por revivir a Sherlock se le sumaron grandes cifras monetarias ofrecidas por los editores. Arthur Conan Doyle no pudo decir que no esta vez. En 1903 Sherlock Holmes revivió.

¿Cómo resolvió el tema de su caída en la cascada con Moriarty? Bueno, en realidad, nunca cayó. Durante su ausencia, Sherlock Holmes viajó por el mundo y estuvo en lugares exóticos. De esta manera justificó su ausencia.

De algún modo, encontró la paz con su personaje. A partir de allí y hasta el final de su vida en 1930, siguió publicando historias de Sherlock Holmes.

Arthur Conan Doyle como Sherlock

Como a continuación quiero mostrarte cómo este autor se volcó al espiritismo, antes quiero contarte un hecho interesante.

En 1906, George Edalji, un abogado inglés, fue acusado de mutilar animales. Lo habían condenado a 7 años de prisión por eso. Lo cierto es que era inocente y lo usaron como chivo expiatorio por su ascendencia india.

Arthur Conan Doyle se puso en la piel de Sherlock Holmes y lo defendió logrando probar que era inocente. Edalji recibió un perdón y evitó ir a la cárcel.

En mi opinión, este es el punto más alto de Conan Doyle como promotor de la lógica y el método científico. Porque fue él mismo y no su personaje quien levantó las banderas de la racionalidad.

¿Cómo es que luego se volcó al esoterismo?

El Mundo Perdido

El siglo XX ya había hecho su entrada. Electricidad, automóviles… el mundo estaba cambiando. Y la vida de Conan Doyle también.

En 1906, Conan Doyle sufrió la pérdida de su esposa Louisa. Al año siguiente se casó con quien fue su gran amor, Jean Leckie, a quien le llevaba 15 años.

En paz con Sherlock, Conan Doyle se empezó a interesar por escenarios más fantásticos. Cerca de su casa encontraron huellas de un Iguanodon, un dinosaurio del periodo cretácico. Esto le disparó la idea de escribir una novela sobre un mundo prehistórico aislado donde los dinosaurios aún existían.

El título de la obra fue El Mundo Perdido y fue un gran éxito en 1912. El personaje principal de la novela es el Profesor Challenger, completamente opuesto a Sherlock Holmes.

No sólo Conan Doyle había logrado un éxito sin Sherlock, sino que lo había hecho con un personaje que no se parecía en nada a él, en un género completamente diferente.

Primera Guerra Mundial y cambios en la vida de Arthur Conan Doyle

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, un conflicto bélico como nunca antes se había visto en la historia de la humanidad.

Conan Doyle, con más de 55 años, estaba grande para enlistarse y pelear. Sin embargo, fue al frente de batalla y reportó los acontecimientos para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña.

Conan Doyle regresó a su país tras la guerra, pero lo que vio en los campos de batalla lo cambió para siempre. Perdió a muchos colegas allí.

Como si fuera poco, en 1918, sufrió la muerte de su hijo Kingsley quien falleció a causa de una neumonía. Lo mismo le ocurrió a su hermano de 45 años, el Brigadier General Innes Doyle, en 1919.

De racionalista a espiritista

Las pérdidas y la experiencia de la guerra hicieron que Arthur Conan Doyle comenzara a creer en lo sobrenatural. Con más de 60 años, comenzó a obsesionarse con el ocultimo y en especial, con el espiritismo.

Algunas fuentes que consulté dicen que en realidad la creencia en lo sobrenatural ya estaba de antes en la mente de Conan Doyle. De una forma u otra es probable que estos hechos hayan acelerado su conversión hacia lo místico.

Se convenció de que era posible comunicarse con las personas que habían muerto. Él, que había sido un gran exponente del ateísmo y del racionalismo, creando a un personaje puramente lógico, ahora participaba de sesiones espiritistas.

En 1922 se hicieron públicas unas fotografías donde unas adolecentes jugaban con unas supuestas hadas en un bosque. El caso llegó a Conan Doyle quien lo tomó como prueba definitiva de la existencia de fuerzas sobrenaturales.

Dos niñas tomaron fotos falsas con supuestas hadas y engañaron a mucha gente, incluyendo a Conan Doyle que hasta escribió un libro al respecto: The Coming of the Fairies (1922)

Finalmente se comprobó que las jóvenes que habían tomado las fotografías habían usado recortes de revistas para falsificar a las hadas. Todo había sido un gran fraude.

¿Por qué Conan Doyle defendía este tipo de mentiras?

Aunque no lo creas, Conan Doyle seguía creyendo en la ciencia, en sus avances e incluso en el método científico. Tal es así que seguía publicando historias de Sherlock Holmes.

Sin embargo, la ciencia estaba descubriendo nuevas fuerzas, como por ejemplo la radiación. No se sabía bien qué era en ese momento y sí se conocía que podía actuar a distancia.

Incluso los científicos Marie y Pierre Curie, pioneros en el estudio de la radiación, asistieron a sesiones de espiritismo creyendo que quizás podía haber algún tipo de relación con lo que estaban estudiando. Claro que no le dieron relevancia, pero tuvieron la mente suficientemente abierta como para considerar hipótesis más allá de lo común.

Sir Arthur Conan Doyle murió en 1930, a los 71 años, y hasta el último momento defendió sus ideas esotéricas en las que creyó sobre el final de su vida.

La misma mente, diferentes modos de pensar

Conan Doyle fue el gran autor que creó a uno de los personajes literarios más importantes de la historia. Inventó un nuevo género policial que cautivó al público de su época y que no ha perdido popularidad desde entonces.

Aunque adaptado, Sherlock Holmes se mantiene vigente, 130 años después. Si bien al principio el autor renegó del personaje, finalmente aprendió a convivir con él.

Sherlock ha sido una de las últimas adaptaciones de las historias de Arthur Conan Doyle.

Luego, hay dos conclusiones interesante sobre Conan Doyle que me gustaría desprender como aprendizajes.

Por un lado, el hecho de que la obra que él no quiso escribir, fue la que en realidad le dio fama, éxito, e incluso el gran reconocimiento que siempre quiso tener. Hoy Arthur Conan Doyle es palabras mayores en cuanto a literatura.

Por otro lado, como la mente que creó al personaje más racional de todos, también fue la que defendió casos sobrenaturales y creyó en lo esotérico. Como ves, la genialidad y la creatividad se ven afectadas por lo que nos ocurre en nuestras vidas.

En el caso de Conan Doyle fue la guerra y las pérdidas de seres queridos lo que lo llevó a ampliar su forma de pensar y lo volcó al misticismo.

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Fuentes

Acerca del Autor

Alejandro De Luca

Nací en Buenos Aires y soy programador web. Me defino como un rebelde autodidacta y cafeinómano. Vivo comparando la vida real con Los Simpsons. Creé Mentes Liberadas para compartir consejos, recursos y herramientas para la escuela y la universidad. Vivo en Montevideo, Uruguay.

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