En este artículo aprende cómo dividir las tareas, comunicarse, redactar el informe y más. Cómo hacer un trabajo práctico en grupo para la escuela o la universidad.

Los consejos para hacer un trabajo práctico son definir qué hacer en cada reunión, consensuar las decisiones, elegir un redactor y alguien que compagine el informe, asegurarse de que todos trabajen y dividir las tareas. Además, es buena idea crear un espacio virtual para comunicarse, hacer una revisión completa antes de la entrega y turnarse en las tareas especiales que requieren mucho esfuerzo.

Los desafíos de trabajar en grupo

Ya hemos visto cómo formar un equipo de estudio en la universidad. Entonces es probable que con el grupo formado, tengas ya alguna tarea para hacer, como por ejemplo un trabajo práctico. Este puede ser un informe, una exposición oral o ambos al mismo tiempo.

A muchos estudiantes no les gusta trabajar en grupo, debido a que las decisiones tienen que ser consensuadas y se pasa a depender de otras personas. Estas pueden no cumplir o tener enfoques diferentes.

Sin embargo, trabajar en grupo es algo que no vas a poder eludir en tu paso por la universidad.

Ahora sí, conozcamos las claves para que el funcionamiento del grupo sea óptimo, se reduzca el estrés, se eviten las discusiones y el trabajo práctico sea un éxito.

1. Definir qué hacer en cada reunión

Si te juntas con tu grupo, tiene que estar claro qué es lo que debe quedar definido antes de terminar la reunión.

La definición de un meta sirve para ordenarse y además para no hacer perder el tiempo a cada integrante.

Cada uno de los integrantes del grupo tiene otras responsabilidades. Algunos cursan otras materias, otros trabajan, otros tienen que ocuparse de asuntos personales. Ninguno quiere perder el tiempo.

Definir qué es lo que hay que resolver es el primer paso para que las reuniones de grupo no se hagan eternas.

2. Consensuar las decisiones

El informe que entregan lleva el nombre de todos los integrantes del grupo, por lo tanto, cada aspecto de este debe ser aprobado por todos.

Es normal que en algunos casos no haya acuerdo sobre cómo encarar un tema del trabajo práctico. En estos casos, lo ideal es llegar a un consenso o a algún tipo de negociación.

Si quieres incluir algo que genera resistencia en el trabajo práctico, entonces tienes que estar dispuesto a ceder ante alguna petición de otro integrante.

De no consensuar este tipo de decisiones, podrían llegar a surgir problemas.

3. Elegir un redactor

En todo equipo hay siempre un compañero o compañera que se destaca en la redacción. Si no lo hay, entonces habrá alguno que se destaque al menos un poco más que el resto. Esa es la persona adecuada para redactar cada párrafo del informe, por supuesto que con la colaboración de los demás.

Siempre es recomendable que para mantener la uniformidad del trabajo práctico, quien redacte sea una sola persona.

De todas formas, el redactor no realizará únicamente esa tarea, sino que será un integrante más, pero que tendrá asignada la responsabilidad de escribir el texto.

A veces tendemos a democratizar todas las tareas, para que nadie cargue con un peso específico. Sin embargo, en el caso de la redacción, hay que elegir a la persona que mejor redacte.

4. Elegir una persona para compaginar el informe

Siempre hay alguien que comprende mejor los procesadores de textos. Esa persona debe ser elegida para compaginar el trabajo práctico.

El compaginador tiene que tomar el texto escrito por el redactor y darle formato, diseñar una carátula, agregar el índice, añadir correctamente las citas bibliográficas, insertar gráficos, tablas, definir los márgenes y hacer que el informe quede con una presentación perfecta manteniendo la uniformidad.

Para lograr esto, se pueden usar plantillas y cualquier otro tipo de complementos que existan.

A veces, la misma persona que redacta sabe hacer todo esto, por lo que no es necesario que sea asignada otra persona.

Hoy en día existen herramienta online de colaboración que facilitan que muchas personas editen un documento. Eso es genial en las primeras etapas del trabajo práctico, donde lo importante es volcar información e ir dando forma, pero en algún momento hay que pasar todo en limpio. Ese es un trabajo para quien compagine.

5. Asegurarse de que todos trabajen

Puede ocurrir que alguno se quiera pasar de listo e intente no realizar ninguna tarea. O que estratégicamente siempre se lleve las tareas más sencillas.

Las excusas pueden ser variadas y de lo más desopilantes. Incluso a veces, las actitudes infantiles de estos personajes te pueden causar vergüenza ajena.

Si alguno no colabora, te recomiendo el artículo, qué hacer si tus compañeros de grupo no colaboran.

Para evitar que en tu grupo caiga una persona que no quiere colaborar, lo mejor es formar tu propio grupo. Sin embargo, esto a veces no es posible porque los grupos se forman al azar o los definen los docentes.

En caso de que ya te encuentres en una situación en la que algún compañero no trabaja, lo que puedes hacer es plantearlo y conversarlo para que esto no siga sucediendo.

6. Dividir las tareas

La división de tareas es fundamental para que cada integrante del equipo participe y haga su aporte al grupo.

La idea también es que nadie absorba toda la responsabilidad.

La división de tareas implica también el compromiso de cumplirlas en un tiempo especificado.

Tratar de equilibrar las actividades que debe realizar cada integrante a la hora de hacer un trabajo práctico en grupo no siempre es fácil, pero en lo posible hay que intentarlo.

Busca siempre que la carga de tareas sea lo más equitativa posible.

Además, recuerda que la división de tareas implica el compromiso a realizarlas de la mejor manera posible, en el plazo que corresponda.

7. Crear un espacio común virtual para comunicarse

Puede ser un grupo WhatsApp, Telegram, Google o cualquier otra plataforma. Lo importante es que todos los miembros del equipo puedan participar y que la plataforma esté disponible las 24 horas.

Si hay un informe para escribir, se puede hacer directamente en Google Docs, que es ideal para hacer un trabajo práctico en grupo. Permite añadir comentarios y debatir allí mismo. Este tipo de herramientas es imprescindible hoy en día para los estudiantes.

Google Docs es la herramienta más extendida, pero no es la única. Puedes usar también Notion, Zoho Writer y Dropbox Paper, entre otros servicios.

8. Chequear antes de la entrega

Cuando el trabajo práctico esté listo, todos los integrantes deberán leerlo y asegurarse que no tenga errores. Y con esto me refiero tanto a errores ortográficos, como posibles errores conceptuales o, si el trabajo práctico lo incluye, errores matemáticos.

Si hay algo mal en el trabajo práctico, entonces es responsabilidad de todos los integrantes del grupo.

Esta es también una buena oportunidad para revisar el formato y datos burocráticos que se deben incluir en el informe.

9. Turnarse si hay tareas que requieren mayor esfuerzo o exposición social

A menudo, los docentes piden ir a investigar algún tema en lugares lejanos, o acceder a un libro que está en una biblioteca determinada, o realizar una entrevista en alguna institución o a una persona en particular.

Esas tareas suelen demandar más tiempo y energía que solo sentarse a redactar un informe. Requieren que quien se haga cargo de esto, tenga que ir a un lugar, presentarse y hablar con otras personas. Seguramente a muchos puede darles vergüenza y prefieren no realizar estas tareas porque les resultan incómodas.

A veces hay personas extrovertidas que no tienen problemas en llevar estas tareas adelante, pero en otros casos, nadie quiere hacerlas.

Por eso, cuando se dan estas actividades es mejor turnarse para no despertar resentimientos. También es importante equilibrar la balanza y hacer que quien hizo semejante tarea, luego no tenga tanta carga de otras.

¿Qué otros tips recomendarías para hacer un trabajo práctico en grupo?

Y eso es todo para este artículo. ¿Qué otros tips recomiendas? Me gustaría mucho que compartas cómo gestionas los trabajos prácticos en grupo, especialmente en ámbitos académicos.

Déjame un comentario al final del artículo.

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Acerca del Autor

Alejandro De Luca

Nací en Buenos Aires y soy programador web. Me defino como un rebelde autodidacta y cafeinómano. Vivo comparando la vida real con Los Simpsons. Creé Mentes Liberadas para compartir consejos, recursos y herramientas para la escuela y la universidad. Vivo en Montevideo, Uruguay.

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