En este artículo voy a responder a la pregunta de qué pasa si estudias mucho. Además, te presentaré 5 señales de cómo darte cuenta si has estudiado demasiado por hoy. Finalmente, te contaré por qué no te conviene «quemarte» estudiando.

Estudiar demasiado atenta contra tu salud mental y física en general. ¿Cómo darte cuenta de que ya has estudiado demasiado? Tendrás la vista cansada, dolores de espalda, te vendrá sueño, no podrás avanzar mucho con el estudio y empezarás a cometer errores tontos.

Sigue leyendo y descubre más sobre estudiar demasiado.

¿Qué sucede si estudias mucho?

Si te pasas de la raya estudiando pondrás en riesgo tu salud. Estudiar muchas horas seguidas es malo para tu cabeza y para todo tu cuerpo. Primero sentirás la vista cansada y luego, tendrás un fuerte dolor de cabeza.

Haciendo intervalos, un estudiante puede estar varias horas concentrado en sus libros y apuntes, pero de ninguna manera puede dejar de dormir y omitir los intervalos de descanso.

Cuando las horas de estudio se acumulan, es natural que el cuerpo diga basta. Por eso, veamos cuáles son las señales claras de que ya es hora de dejar los libros para el otro día.

Señales de que ya has estudiado demasiado por hoy

1. Vista cansada

Hemos visto en un artículo anterior de Mentes Liberadas varios consejos para cuidar la vista. Seguirlos será de gran ayuda, pero hay momentos en que los ojos dicen basta. ¿Cómo lo hacen?

Empezando a molestar, a ponerse llorosos y de color rojo. Si no haces caso a ese anuncio de tu cuerpo, lo siguiente e inevitable es un dolor fuerte de cabeza.

Por eso, lo mejor es que si tienes algunos de esos síntomas que describí, mejor interrumpir el estudio y retomar la actividad al otro día (con unas cuantas buenas horas de sueño de por medio).

Tener la vista cansada es uno de los síntomas más comunes de haber estado estudiando demasiado durante un mismo día.

2. Dolores de espalda

Algo muy típico de largas jornadas de estudio es el dolor de espalda a la altura de la cervical.

Te cuento algo: no se va a ir por arte de magia hasta que abandones la posición que tienes, que es la de estudiante quemado, y te recuestes.

Piensa lo siguiente: si te encuentras en una posición de relax y mirando una maratón de series no vas a tener dolor de espalda. En cambio, si estás estudiando sí. ¿Por qué ocurre eso? Obviamente, es por el estrés y la ansiedad que provoca el estudio.

3. Sueño

Bostezar una y otra vez es síntoma de que es hora de dormir y no de estudiar.

Si te levantas temprano y bostezas, no te recomiendo que dejes de estudiar y vuelvas a la cama, sino que te acuestes temprano.

Pero si ya llevas horas y horas estudiando y además se te cierran los ojos, entonces ya llegó el momento de suspender la actividad.

4. No avanzas en el estudio

Si estás leyendo un texto y te das cuenta de que ya pasaron quince minutos y sigues en la misma página, es porque tu concentración ha disminuido.

Ocurre lo mismo si estás resolviendo guías de problemas y llega un momento en el que no se te cae una idea para dar con la solución.

Es común que luego de estar muchas horas estudiando, ya no puedas avanzar con los temas en la medida en que lo venías haciendo.

5. Comienzas a cometer errores tontos

Estás haciendo un cálculo superavanzado y te equivocas. El resultado no es correcto. Repasas los pasos y le das vuelta mil veces. ¿En qué te has equivocado? Luego de varios minutos ves que has sumado 2 + 2 = 5.

Si ya estabas culminando la jornada de estudio, entonces puede ser que eso haya ocurrido no porque seas idiota, sino porque tu cerebro ha bajado su nivel debido al cansancio.

Otros ejemplos pueden ser escribir algo en una hoja equivocada o perder la prolijidad de manera alarmante.

En síntesis: estudiar demasiado tiene un precio

Estudiar mucho es malo y el precio de estudiar demasiado es justamente tu energía.

Lo que seguramente estarás pensando es: «No puedo dejar de estudiar porque no llego con todo». Bien, dos cosas respecto a esto:

Primero, tienes que intentar mejorar las técnicas de estudio y enfocarte en lo que es más importante. Debes tender a reducir el tiempo de estudio y a controlar el tiempo de estudio. Repasa el artículo Controla el tiempo de estudio con este sencillo método.

Y en segundo lugar, cuando tu mente ya no rinde, no tiene sentido seguir exigiéndola. Tienes que aceptar que por más joven que seas, tienes un límite. Si lo cruzas estarás poniendo en peligro tu salud.

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Esto ha sido todo por este artículo. Espero que haya sido de tu agrado.

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Gracias por tomarte el tiempo de leerme.

Te espero en el próximo artículo de Mentes Liberadas.

Acerca del Autor

Alejandro De Luca

Nací en Buenos Aires y soy programador web. Me defino como un rebelde autodidacta y cafeinómano. Vivo comparando la vida real con Los Simpsons. Creé Mentes Liberadas para compartir consejos, recursos y herramientas para la escuela y la universidad. Vivo en Montevideo, Uruguay.

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