El libro Pensar rápido, pensar despacio, del Premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, describe un modelo de pensamiento que determina la forma en que comprendemos y actuamos. La idea de este artículo es contarte cómo funcionan estos dos sistemas para que tomes conciencia de tus decisiones y así, en el futuro, puedas elegir mejor.

A grandes rasgos, el autor Daniel Kahneman describe dos sistemas de pensamiento que funcionan juntos en nuestra mente. El Sistema 1 es rápido, intuitivo y se deja llevar por las apariencias y las emociones. El Sistema 2, en cambio, es lento, analítico y objetivo, pero al mismo tiempo, bastante perezoso. El Sistema 2 deja que el Sistema 1 tome la mayoría de las decisiones y solamente se entromete para hacer validaciones o cuando se requiere “capacidad de cálculo”. El problema es que dejarse llevar todo el tiempo por el Sistema 1 es una mala idea.

Dos formas de pensar, pero no una descripción de nuestra mente

Esta idea que Daniel Kahneman propone en su libro Pensar rápido, pensar despacio, es un modelo, pero no quiere decir que nuestra mente funciona así realmente. No es que la mitad de nuestro cerebro tiene metido dentro un Sistema 1 y la otra, un Sistema 2. Sin embargo, para el análisis que el autor hace a lo largo de su obra, este modelo responde bastante bien.

Tal vez, en algunas partes del libro, intenta justificar ciertos comportamientos basándose en este modelo de sistemas y puede que esto sea algo forzado, pero digamos que, a grandes rasgos, lo que describe es válido.

El Sistema 1, rápido e intuitivo

El Sistema 1 es el que está funcionando todo el tiempo en nuestro cerebro. Se encarga de analizar de forma veloz patrones ya conocidos y dar las respuestas correspondientes. Aquí tienes un ejemplo: ¿Cuánto es 2+2? Si automáticamente pensaste en 4 como respuesta, ese fue tu Sistema 1 tomando el control de la situación.

Esto mismo se replica para innumerables situaciones cotidianas. No solo cálculos aritméticos básicos. Cada elemento que ves, sonido que escuchas, o cualquier otra entrada de información a través de tus sentidos, si es familiar, es asunto del Sistema 1, que resuelve de forma veloz y ahorrando energía.

El Sistema 2, lento, analítico, pero perezoso

El Sistema 2, se mantiene apagado o digamos, adormecido, gran parte del tiempo. Está ahí para resolver lo intelectualmente difícil: calcular, analizar patrones nuevos, memorizar y, por sobre todas las cosas, validar o poner en duda lo que resuelve rápido el Sistema 1.

Si te pregunto ¿Cuánto es 17 x 23?, tu Sistema 1 se da por vencido. Este cálculo no es un patrón habitual y no tiene la respuesta rápida memorizada. Por eso llama al Sistema 2. Este puede hacer la cuenta, pero requiere esfuerzo y gastar energía, por eso prefiere evitarlo a toda costa. Ese es el motivo por el que decimos que el Sistema 2 es perezoso. Sin embargo, si te pones en la tarea, puedes llegar a la respuesta usando tu Sistema 2.

Sistema 1 vs. Sistema 2

Estos sistemas, así como te los describí, parecen funcionar perfecto, ¿no? Un sistema se encarga de lo fácil y rápido y el otro interviene en caso de ser necesario.

Sin embargo, hay un inconveniente. Nuestra percepción de algunos problemas, especialmente los que están vinculados a las probabilidades y las estadísticas. El Sistema 1 se deja llevar por la intuición, el Sistema 2 no se da cuenta de ello y, por lo tanto, terminamos tomando decisiones incorrectas.

Como sé que es difícil comprender esto, te voy a poner a prueba.

¿Bibliotecario o agricultor?

Te voy a contar sobre un tal Luis. Luis es una persona ordenada, meticulosa y perfeccionista. Además, a Luis le gusta el silencio, leer y es extremadamente tranquilo.

Si tuvieras que adivinar cuál es la profesión de Luis y las posibilidades fueran bibliotecario o agricultor. ¿Cuál elegirías?

Si pensaste en bibliotecario, lamento que tu Sistema 1 se ha dejado llevar por el llamado sesgo de representatividad, con base en una descripción que, si lo piensas, le cabe a una gran parte de la población.

Lo cierto es que la opción más probable es agricultor. ¿Por qué? Por simple estadística. Hay muchos más agricultores en el mundo que bibliotecarios.

Fascinante, ¿no crees?

Ahora que comprendes un poco mejor este concepto, vamos con otro ejemplo, de un suceso de la Segunda Guerra Mundial.

Los aviones sobrevivientes

El Ejército de Estados Unidos quería mejorar la capacidad de sus aviones de transporte y combate. Para ello, analizaban los aviones que volvían de las batallas. Se detenían en los impactos de proyectiles recibidos y ponían toda su atención en cómo mejorar esas zonas del fuselaje para hacerlos más resistentes.

Fue un matemático el que finalmente se dio cuenta de lo errados que estaban. Los aviones que volvían de la batalla eran los que habían sobrevivido. Por lo tanto, los impactos que habían recibido no habían sido letales. Las áreas que estaban reforzando eran las más fuertes del artefacto. Justamente, y al revés de lo pensado inicialmente, las áreas no dañadas eran las más sensibles y las que, seguramente, al recibir impacto hacía que los aviones no regresaran.

Más problemas cotidianos y cómo identificarlos

Estos ejemplos que te conté son solo para ilustrar el concepto. Hay más sesgos y más formas de que tu Sistema 1 se deje llevar.

Los medios de información y los algoritmos de las redes sociales desvirtúan tu concepción de la realidad. Si ves en la tele que esta temporada hubo muchos ataques de tiburones, seguramente tengas miedo de ir a nadar a la playa o tomes más recaudos de los necesarios. Sin embargo, es probable que esto sea solamente una exageración y que los ataques de tiburones no se apliquen a tu área, o que la incidencia se corresponda a la estadística habitual.

Lo cierto es que darnos cuenta cuándo estamos cometiendo el error de dejarnos llevar es muy difícil. Si hay algo extraordinariamente fascinante que nos deja el libro Pensar rápido, pensar lento, es que incluso los expertos se dejan llevar por este tipo de errores.

Al leer el libro, sentí cierta angustia debido a esto. ¿Cómo puedo darme cuenta si estoy tomando una mala decisión, dejándome llevar por mi Sistema 1?

El autor no ofrece una solución puntual. Solamente hay que intentar racionalizar la información que nos llega. Esto significa, detenernos a pensar un minuto, analizar los datos y contrastarlos. Y sí, esto obliga a pasarle trabajo al perezoso Sistema 2. Pero bueno, peor que eso es tomar malas decisiones.

Más contenido en Mentes Liberadas

Esto ha sido todo por este artículo. Espero que haya sido de tu agrado.

Te invito a que sigas a Mentes Liberadas en las redes sociales. Estamos en FacebookInstagramPinterest X.

También te puedes suscribir a nuestro newsletter para recibir las novedades del sitio en tu correo electrónico.

Por último, puedes hacer una donación a Mentes Liberadas a través de nuestra cuenta en Ko-Fi. De esta manera, estarás contribuyendo con el sitio, para que haya más contenido, más recursos, más herramientas online.

Gracias por tomarte el tiempo de leerme.

Te espero en el próximo artículo de Mentes Liberadas.

About the Author

Alejandro De Luca

Nací en Buenos Aires y soy programador web. Me defino como un rebelde autodidacta y cafeinómano. Vivo comparando la vida real con Los Simpsons. Creé Mentes Liberadas para compartir consejos, recursos y herramientas para la escuela y la universidad. Vivo en Montevideo, Uruguay.

View All Articles