Este es un nuevo artículo de la sección Mujeres Liberadas. Desde que pensé en esta sección siempre dudé si escribir o no sobre Amelia Earhart, la gran pionera de la aviación. ¿Por qué?
Porque Amelia Earhart es un lugar común como ícono de mujer que logró trascender, especialmente en campos que históricamente no estuvieron reservados para mujeres.
Sin embargo, al investigar sobre ella, descubrí su historia y comprendí por qué su figura es tan importante. En este artículo, intentaré contarte los logros y el gran legado de Amelia Earhart.
Sigue leyendo. Te aseguro que este artículo vale la pena.
Infancia y educación
Amelia Marie Earhart nació el 24 de julio de 1897 en Atchinson, Kansas, Estados Unidos. Su familia tenía un buen pasar gracias a su abuelo. Su padre, trabajaba como perito de seguros pero era alcohólico, algo que marcó la vida de Amelia.
Amelia era distinta a otras niñas. Le gustaba la aventura, salir al aire libre, divertirse, ensuciarse y jugar juegos que solían jugar más los varones.
A los 10 años vio un avión por primera vez. Podrías estar pensando que sus ganas de aventuras se potenciaron con la posibilidad de surcar los aires en una aeronave, pero no fue así. Su primer encuentro con un avión no le causó nada en especial.
Esto que parece un detalle, es algo a tener en cuenta. En la vida, las pasiones no siempre se descubren de forma romántica, en cámara lenta, con luces de colores.
Más allá de sus ansias de jugar en el exterior, a Amelia le gustaba también leer. Pasaba horas y horas, guiada por su abuela y por una institutriz. Estas dos mujeres la formaron en sus años iniciales y la prepararon para la escuela secundaria, de la cual se graduó.
Tiempo después Amelia Earhart intentaría comenzar una carrera universitaria vinculada a las ciencias de la salud, pero terminaría dejándola por la que sería su gran pasión: la aviación.
Pero todavía no llegamos a eso. A Amelia le vendrían, primero, tiempos difíciles.
Primera Guerra Mundial y Pandemia de Gripe Española
La Primera Guerra Mundial azotó Europa y arrojó un montón de soldados que volvían heridos a casa. Por ese tiempo, Amelia estaba en Toronto, Canadá, visitando a su hermana. Allí decidió enlistarse como enfermera para colaborar en los hospitales.
Sin embargo, como quizás sepas, en 1918 además de la Gran Guerra, se desató una terrible pandemia: la Gripe Española. Amelia estuvo en contacto con enfermos y se contagió.
La gripe se convirtió en neumonía. Estuvo dos meses internada y le llevó un año entero recuperarse del todo. Todo ese tiempo de convalecencia lo pasó en la casa de su hermana que ahora vivía en Massachussetts.
¿Qué hizo durante todo ese tiempo que se estuvo recuperando?
Amelia se dedicó a muchos pasatiempos, entre ellos, la lectura. Entre los principales temas que le comenzaron a apasionar se encontraba la mecánica.
Se terminó de recuperar de la neumonía, pero la enfermedad le dejó secuelas de por vida, con una sinusitis por la que tuvo que ser operada en reitaradas ocasiones.
Las revelaciones de Amelia Earhart
La pequeña revelación
Antes te contaba que Amelia había visto su primer avión cuando tenía 10 años, pero que no le había parecido nada interesante.
Tiempo después, Amelia asistió a una exhibición nacional de Canadá. Allí se presentaba un as de la aviación que había participado como piloto en la Primera Guerra Mundial.
La historia cuenta que el piloto, en pleno vuelo, vio que Amelia y una amiga estaban mirando la exhibición pero más apartadas del público, en una zona descampada. Para impresionarlas o para asustarlas, decidió bajar de golpe con el aeroplano.
Para Amelia no fue un susto. Todo lo contrario. Fue una revelación. Aunque tiempo después iba a tener una más intensa.
La gran revelación
A finales de 1920, cuando Amelia tenía unos 23 años, ella y su padre visitaron un autódromo. Allí conocieron al piloto Frank Hawks, uno de los hombres récord de la aviación en su momento. A pedido de su padre, Hawks llevó a Amelia a hacer un breve viaje de 10 minutos en su avión.
Esta vez sí Amelia tuvo una gran revelación. Según sus propias declaraciones, al bajar del avión tenía bien claro lo que tenía que hacer: «Tengo que volar».
De allí en adelante comenzaría a enfocarse en su gran sueño y convertirse en una piloto.
Convirtiéndose en piloto
Amelia estaba decidida. Iba a tomar lecciones de vuelo cueste lo que cueste.
En ese entonces ya existían aviadoras mujeres, pero eran muy pocas. Una de ellas fue Anita «Neta» Snook, quien fue la instructora de Amelia.
Para ingresar en el mundo de la aviación y mezclarse con los pilotos, Amelia decidió adaptarse.
- Por un lado, se compró una campera de cuero y durmió tres noches seguidas con ella, con el objetivo de desgastarla para que fuera como las de los demás.
- Por otro lado, se cortó el pelo de la misma forma que lo llevaban las aviadoras mujeres.
Las clases de vuelo fueron pasando y Amelia fue ganando experiencia. En 1921 se compró su primer avión. Un Kinner Airster de color amarillo al que bautizó El Canario.
En 1922 estableció su primer récord mundial. Llevó El Canario a una altitud de 4.300 metros, algo que ninguna aviadora mujer había logrado hasta el momento.
En 1923, la FAI (Fédération Aéronautique Internationale), con sede en París, le otorgó la licencia de aviadora. Fue la decimo sexta mujer estadounidense en recibirla.
Carrera como aviadora y fama local
Amelia pretendía estudiar en el MIT, pero una crisis económica familiar la dejó sin posibilidades. Mientras seguía volando, tuvo que trabajar como maestra y como asistente social en Boston.
Como puedes ver, a veces en la vida aparecen obstáculos en lo que quieres hacer. Eso no siempre es malo. Simplemente te lleva a un camino distinto. Y eso es algo de lo que le pasó a Amelia Earhart.
Amelia tenía una columna en un diario local donde escribía y promovía la aviación. Esto la hizo famosa a nivel local.
El viaje transatlántico de 1928
En 1927, el aviador Charles Lindbergh se convirtió en una estrella mundial al cruzar el Océano Atlántico en su ya mítico Spirit of St. Louis. El récord estaba establecido, pero para los hombres. Todavía faltaba la posibilidad de que una mujer hiciera ese mismo vuelo. Y por supuesto que Amelia quería hacerlo.
Amelia fue convocada por el publicista George Putnam para que hiciera este viaje. ¡Un momento! ¿Por qué un publicista? ¿Qué tiene que ver con la aviación?
La aviación en ese momento era algo novedoso. Los hombres y mujeres que se dedicaban a tal noble empresa conectando continentes, arriesgaban sus vidas. Por eso eran vistos como héroes, algo similar a lo que luego les pasó a los astronautas y en la actualidad a los deportistas de élite.
En otras palabras, los aviadores eran grandes figuras de marketing y sus proezas generaban un gran negocio.
Amelia estaba entusiasmada con la propuesta de Putnam, pero… En realidad no querían que ella pilotara el avión. La idea era formar una tripulación con el piloto Wilmer Stultz y el mecánico y co-piloto Louis Gordon.
¿Qué iba a hacer Amelia? Sería la navegante y llevaría la bitácora de la misión.
En realidad, sus tareas eran puramente artificiales. Lo que quería Putnam era que una mujer cruzara volando el Atlántico aunque fuera como pasajera. Por su sencillez, carisma y apariencia, Amelia Earhart era la candidata perfecta.
«Una bolsa de papas»
Aunque la propuesta no era lo que esperaba, Amelia finalmente aceptó formar parte de la tripulación. Incluso si hubiera querido, no hubiera podido pilotear el avión dado que ese modelo se navegaba a través de instrumentos y ella aún no tenía formación en ese aspecto.
El avión salió desde Trepassey, Canadá y llegó a Gales 20 horas después. Amelia fue una pasajera en todo el trayecto. No hizo absolutamente nada. Al bajar del avión declaró frustrada:
Stultz fue el piloto. Yo fui solamente un bulto, como una bolsa de papas.
Más allá de su frustración, el público en Europa recibió a la tripulación como héroes y lo mismo sucedió cuando volvieron a Estados Unidos. Ahora ella era famosa mundialmente e incluso tuvo la oportunidad de conocer al presidente de Estados Unidos, Herbert Hoover.
Amelia Earhart como una industria de marketing
Amelia siguió vinculada a George Putnam, que pronto se iba a convertir en algo más que en su representante, publicista o relaciones públicas.
Aprovechando la fama que Amelia había logrado y su imagen, Putnam desarrolló todo un negocio alrededor de ella.
En poco tiempo, Amelia publicitaba su propia marca de equipaje de viaje, indumentaria y accesorios de moda para mujeres e incluso la marca de cigarrillos Lucky Strike (aunque ella no fumaba).
Al mismo tiempo, Amelia aprovechó su posición para promocionar la aviación comercial. Junto a Charles Lindbergh fue una de las personalidades que más insistió en desarrollar esta industria. En gran medida, la promoción consistía en destacar lo seguro que era volar en avión.
Amelia se convirtió en la vicepresidenta de National Airways que posteriormente se convirtió en Northeast Airlines y que en 1972 fue adquirido por Delta Air Lines.
En busca de récords
Amelia era famosa mundialmente y tenía algunos récords de aviación. También participaba en carreras aviones de mujeres. Allí competía contra las mejores, como por ejemplo Jacqueline Cochran aunque este tipo de competencias no se le daba bien a Amelia.
Ella sentía que le estaba faltando una gran proeza, un gran logro individual.
En 1928, se convirtió en la primera mujer en cruzar en avión el continente norteamericano ida y vuelta.
Luego, en 1931 logró un récord de vuelo en altitud en un autogiro Pitcairn PCA-2. Llegó a los 5.613 metros de altura.
Las noventa y nueve
En paralelo con su búsqueda individual, Amelia contribuyó mucho a otros objetivos colectivos. Entre ellos, a la creación en 1929 de The Ninety-Nines (Las noventa y nueve), una organización de mujeres aviadoras.
El objetivo era luchar por los derechos de la mujer en el mundo de la aviación, dar soporte moral, promover los espacios para mujeres en este mundo y guiar a las nuevas pilotos.
El nombre de la organización fue una idea de la misma Amelia, basada en la cantidad de integrantes que tuvieron originalmente al formarse. Además, fue la primera presidenta que tuvo esta organización.
¿Era necesaria la creación de esta organización? Bueno, hay una anécdota que deja en claro que sí.
En 1934 se celebró la competencia Bendix Trophy, una de estas carreras de aviones en las que Amelia y otras grandes aviadoras solían participar y a veces les permitían competir incluso contra los hombres.
Pero el año anterior, en 1933, la piloto Florence Klingensmith se estrelló con su avión y murió, mientras participaba del Frank Phillips Trophy Race en Chicago.
Esto le sirvió de excusa a la organización del Bendix Trophy para suspender la participación de las mujeres en la competencia. El argumento era que no eran tan hábiles como los hombres a la hora de pilotear (haciendo la vista gorda respecto a los trágicos accidentes que involucraban a pilotos hombres)
¿Qué hizo Amelia al respecto?
Tenía encargado llevar en avión a la actriz Mary Pickford, una gran celebridad del momento, a que realice la apertura de la competencia en Cleveland. En señal de protesta, Amelia se rehusó a llevarla.
Casamiento con George Putnam, pero con condiciones
Amelia Earhart estaba comprometida con un ingeniero químico que vivía en Boston. Sin embargo, rompió su compromiso para casarse con su promotor, George Putnam.
Putnam se divorció de su esposa en 1929 y le pidió casamiento a Amelia en seis oportunidades, hasta que ella finalmente aceptó… pero con algunas condiciones.
El espíritu libre de Amelia no podía adaptarse a la estructura de un matrimonio clásico. Ella necesitaba espacio (¡podríamos decir «aire»!), libertad y autonomía. En una carta que le dedicó a Putnam, le explicó esto y le puso algunas condiciones a su matrimonio, convirtiéndolo más en una asociación de iguales.
Amelia siguió usando su apellido Earthart y no tomó el apellido de su esposo. Nunca tuvieron hijos.
Amelia trabajó mucho con el pionero de la aviación comercial Gene Vidal. Hay quienes creen que en realidad ellos dos tuvieron una relación romántica. Esto podría explicar también el tipo de relación abierta que Amelia tenía con George Putnam.
El vuelo transatlántico de 1932
Como te contaba antes, después de la proeza de Charles Lindbergh de cruzar el Atlántico en avión, estaba todavía la posibilidad de que lo hiciera también una mujer. Varias lo intentaron pero murieron en el camino. No era una empresa fácil. Había mucho peligro.
Sin embargo, ese era el gran objetivo de Amelia Earhart.
El 20 de mayo de 1932, a los 34 años, Amelia se subió a su Lockheed Vega 5B en Harbour Grace, Newfoundland, Canadá. Despegó desde allí y 14 horas y 36 minutos después aterrizó en Culmore, Derry, Irlanda del Norte.
Esta proeza le valió la Cruz de Vuelo Distinguido que otorga las FF.AA. de Estados Unidos. También recibió la Legión de Honor que otorga el Presidente de Francia y le valió incluso la Medalla de Oro de la National Geographic Society, entregada por el entonces Presidente de Estados Unidos, Herbert Hoover, que seguía en su cargo.
Posteriormente, Amelia realizó otros vuelos menores. En 1935 fue desde Hawái a Oakland y luego de Los Ángeles a México DF, para ir luego desde allí hacia New York.
Pero estos vuelos eran muy poco en comparación a lo que había logrado. Ella ya estaba pensando en superarse nuevamente. En una proeza mayor.
Vuelo alrededor del globo
El nuevo objetivo de Amelia Earthart era volar alrededor del mundo haciendo la ruta más extensa posible, para marcar un récord adicional. La proeza de volar alrededor del mundo en avión ya había sido lograda por el aviador Wiley Post en 1931.
Esta expedición necesitaba mucha preparación ya que el recorrido sería de 47.000 kilómetros.
El avión elegido fue un Lockheed Electra 10E al que Amelia pidió hacerle algunas modificaciones para poder llevar más combustible.
En esta ocasión sabía que no iba a poder ir sola. Ella sería la piloto, pero llevaría dos tripulantes. Por un lado, el Capitán Harry Manning que también era piloto y sabía operar la radio. Y por el otro, Fred Noonan, que realizaría la función de segundo navegante.
En un primer intento, la tripulación comenzó el viaje de este a oeste. Pero no pudieron llegar muy lejos por desperfectos técnicos. Tuvieron que suspender todo y regresar a Estados Unidos.
Desaparición del avión y la tripulación
En el segundo intento, Amelia viajó solamente con Fred Noonan como navegante. La ruta ahora sería de oeste a este.
El vuelo salió el 1 de junio de 1937 desde Miami. Fueron pasando por varios puntos de Sudamérica, África y la India, hasta llegar a Nueva Guinea el 29 de junio. Venía la parte más difícil del viaje. El cruce del Océano Pacífico.
El 2 de julio de 1937, Amelia Earhart y Fred Noonan partieron desde Lae Airfield que se encuentra en Papúa Nueva Guinea. El objetivo era llegar a una pequeña isla en el medio del Pacífico llamada Howland Island (A medio camino entre Fiji y Hawái).
Pero nunca llegarona allí. Se perdió contacto con el avión cerca de las Islas Nukumanu, a unos 1.500 km. de donde habían partido.
¿Qué ocurrió? Nadie lo sabe.
Amelia y Noonan fueron buscados intensamente. Estados Unidos organizó la misión de rescate más grande de la historia, pero nunca los encontraron.
El 5 de enero de 1939, año y medio después de su desaparición, Amelia y Noonan fueron declarados muertos y se terminó su búsqueda.
A partir de este incidente surgieron muchas teorías. Algunas basadas en la lógica y otras increíblemente conspirativas.
No quiero meterme mucho en este tema ya que la idea del artículo es contar la vida de Amelia Earhart, pero tampoco te quiero dejar sin información al respecto. Así que voy a enumerarte algunas de las teorías que se manejaron y aún al día de hoy se siguen manejando.
Teorías sobre la desaparición de Amelia Earhart
Algunas de las teorías son las siguientes:
- Los tripulantes se quedaron sin combustible y se estrellaron en algún lugar del Oceáno Pacífico y se ahogaron. Esta es la hipótesis más probable.
- Llegaron a la Isla Nukamaroro y fallecieron allí.
- Amelia era una espía estadounidense y fue capturada por los japoneses.
- Amelia quería cambiar su identidad y alejarse de su fama y por eso aprovechó la oportunidad para simular su muerte.
En 1940 se encontraron restos óseos en la Isla Nikumaroro y hasta el día de hoy se especula de que pueden ser los restos de Amelia Earhart.
Algunas de estas teorías se combinan y se vuelven descabelladas. La más probable de todas es la primera y es la conclusión oficial.
La película de 2009
En el año 2009 se estrenó Amelia, una película biográfica sobre la aviadora dirigida por Mira Nair. La protagoniza Hillary Swank (cuyo parecido físico con Amelia es impactante). Richard Gere hace de George Putnam y el escocés Ewan McGregor se pone en la piel de Gene Vidal.
No es una gran película pero si te interesa la vida de Amelia Earhart no puedes dejar de verla.
Te dejo el trailer oficial:
También hay otra película de 1994 que se llama Amelia Earhart: el vuelo final (Amelia Earhart: The Final Flight) en la que actúan Diane Keaton como Amelia y el extinto actor holandés Rutger Hauer como Fred Noonan.
El legado de Amelia Earhart
Amelia se convirtió en un ícono feminista por sus proezas, su coraje y su desafío al orden establecido. No se detuvo solamente en sus logros individuales sino que también se organizó y creó, junto a otras aviadoras, una organización para luchar por los derechos de la mujer en la aviación.
La gran pasión de Amelia fue la aviación y al respecto escribió tres libros:
- 20 Hrs., 40 Min. (1928)
- The Fun of It (1932)
- Last Flight (1937)
La figura de Amelia Earhart está potenciada por su simpleza, su carisma y también por su trágica desaparición siendo tan joven, mientras buscaba hacer historia y cumplir uno de sus grandes sueños.
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