¿Vale la pena presentarse sin preparación a rendir un examen? De eso se trata este artículo, en el que analizaré este tema que preocupa tanto a muchos estudiantes.

En general, la respuesta es que debes presentarte siempre a rendir los exámenes en la universidad. Sin embargo, hay algunas excepciones y aspectos a tener en cuenta. En algunas universidades y en ciertas instancias, si te presentas y te va mal, esa nota va a tu promedio final de la carrera.

Por lo tanto, hay varios aspectos para repasar. Sigue leyendo y entérate cuáles son en este artículo.

¿El examen se acerca y no has estudiado lo suficiente?

En la escuela secundaria era fácil. Tenías fecha para un examen, estudiabas algunos días antes, te presentabas y aprobabas. Eso de rendir sin saber nada era algo que le pasaba únicamente a los que no se tomaban en serio el estudio.

Sin embargo, en la universidad, el nivel de exigencia suele a veces ser tan alto, que es posible que llegue un examen y que no estés a la altura. Es ahí cuando te preguntas si está bien presentarte sin preparación a rendir un examen.

Las razones pueden ser muchas: amplios temarios, la obligación de llevar varias materias al mismo tiempo, el ritmo de estudio, las clases que van rápido y hacen que si no entendiste algo no haya demasiado tiempo para detenerte a estudiarlo. También la coincidencia de las fechas con otros exámenes y muchas más contingencias que no puedes controlar.

Si tu costumbre es estudiar siempre y rendir bien casi siempre, este tipo de situaciones te deben resultar ajenas y muchas veces por miedo a que te vaya mal, decides no rendir.

Esta entrada de Mentes Liberadas es justamente para analizar si es correcto o no hacer eso, o en todo caso, en qué circunstancias lo es y en qué otras, no.

Como la mayoría de las veces, la respuesta es «depende», veremos cada caso a continuación.

Instancia de examen

¿Qué significa esto? El tipo de examen que vas a rendir. ¿Es un parcial? ¿Es un final? ¿Un recuperatorio?

¿Es el examen más importante de toda la carrera que define el nivel que has tenido durante todo ese tiempo a tal punto de que te tatúan la nota en el brazo?

Tal vez exageré en el último caso, pero creo que entiendes a qué me refiero. Hay exámenes que son más importantes que otros.

Parciales

Los parciales son instancias de aprobación que suelen aparecer de forma repetida a lo largo de un cuatrimestre o semestre. Suelen tener recuperatorio u oportunidad adicional. Están asociados a la cursada y las fechas en las que hay que rendirlos son impuestas.

Son los típicos exámenes en los que suele pasar eso de no llegar al 100%. El temario de los parciales puede ser amplio, pero no tanto como el de un final.

Finales

Los finales, en cambio, son fechas un poco más exigentes, donde se reúnen todos los temas de los que trata una materia.

Depende donde curses, es posible que puedas elegir las fechas y que haya más de una oportunidad para rendirlo. Pero también puede ocurrir que tenga fecha de caducidad, es decir, que debes presentarte antes de determinada fecha.

A pesar de que esos periodos de validez son largos, muchas veces ocurre que el tiempo pasa y de pronto, tienes que rendirlos de forma obligada antes de perder la materia y tener que recursarla.

Depende el caso, los finales suelen ser instancias más exigentes.

Exámenes de ingreso

Puede haber otros tipos de exámenes, como los de ingreso, que se rinden una o dos veces a lo sumo y suelen tener un nivel elevado.

El problema de estos exámenes es que quizás haya una o dos instancias para rendir en todo el año. Si la dejas pasar, deberás esperar mucho tiempo.

Entonces, presentarse sin preparación, ¿sí o no?

Cuando hablamos de presentarse sin preparación, la pregunta que deberías hacerte es ¿Qué hay por perder?

El hecho de llegar sin preparación puede ocasionar que desapruebes (sí, tal vez estrepitosamente). Entonces, ¿Qué problema te ocasiona? ¿Pierdes la materia? ¿Pierdes la cursada? ¿Te queda un promedio bajo?

Deberías considerar siempre cuánto hay en juego. ¿Qué pierdes o qué ganas en caso de no presentarte?

Y por el otro lado, tienes que pensar qué riesgos corres al no presentarte. ¿Pierdes la materia? ¿Tienes que recursar? ¿O no ocurre nada porque dentro de una semana hay recuperatorio? ¿Hay diferencia entre presentarse al recuperatorio sin haberse presentado al examen?

Según las respuestas de estas preguntas, podrás darte cuenta qué es peor: presentarte sin preparación, o directamente no presentarte.

¿Qué tan mala preparación tienes?

Toda esta catarata de pensamientos y evaluaciones acerca de si conviene o no presentarte al examen sin tener preparación se origina en el nivel que crees tener para afrontar el examen.

Si tu costumbre es estudiar siempre y rendir bien, tal vez el hecho de no poder cubrir algún tema te puede llegar a inquietar a tal punto de no sentirte al 100%.

Las preguntas que debieras hacerte respecto a tu nivel son: ¿Qué porcentaje de temas del examen (aproximadamente) domino? ¿Cuántas preguntas podría llegar a responder correctamente? ¿Cuántas podría llegar a responder aceptablemente?

A veces los nervios te hacen creer que tienes peor preparación de lo que crees

Creo que si estás en condiciones de responder algo y el examen es de «bajo riesgo», es decir, no hay consecuencias graves, entonces es suficiente como para presentarte y encararlo. Quizás sea fácil y lo puedas aprobar.

Intenta presentarte siempre a rendir los exámenes

Hay incontables anécdotas de alumnos que no se presentaron a rendir y perdieron la oportunidad de promocionar una materia y de adelantar sus carreras. Otras, cuentan de estudiantes que se arriesgaron, confiaron en su nivel, se presentaron a rendir y terminaron aprobando exámenes incluso difíciles.

Como siempre, la decisión la tomas tú. Y en cuanto a presentarte sin preparación a rendir, más que nunca. Creo que por regla general hay que presentarse siempre a aquellos exámenes que tienen fecha impuesta y no hay nada que perder si te va mal.

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Acerca del Autor

Alejandro De Luca

Nací en Buenos Aires y soy programador web. Me defino como un rebelde autodidacta y cafeinómano. Vivo comparando la vida real con Los Simpsons. Creé Mentes Liberadas para compartir consejos, recursos y herramientas para la escuela y la universidad. Vivo en Montevideo, Uruguay.

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