En este artículo te cuento cómo llevar las materias al día en la universidad. Primero, por qué es tan importante y luego, paso a paso, todo lo que puedes hacer para no atrasarte en la facultad.

Para llevar las materias al día tienes que acostumbrarte a repasar los apuntes el mismo día de cursada, cumplir con las tareas que se exigen de clase en clase, estudiar todos los días, calcular imprevistos, cubrir las guías de trabajos prácticos sin hacerlas por completo, determinar prioridades y enfocarse en los exámenes.

Sigue leyendo y te cuento sobre cada uno de estos aspectos con mayor profundidad.

¿Por qué es tan importante llevar las materias al día en la universidad?

Llevar las materias al día es la clave para no tener que estudiar todo a último momento. Este uno de los secretos de los mejores estudiantes.

Estar al día con las asignaturas implica mucha dedicación, pero también inteligencia. Seguramente ya sepas que, si cursas muchas materias al mismo tiempo, no te alcanza para hacer todo lo que cada una de ellas exige. Entonces, tienes que aprender a equilibrar las tareas.

A muchos les pasa que creen que llevar las materias al día es ir a cursar y tratar de no faltar, pero resulta que no es así y se dan cuenta a la hora del examen. Dos días antes, al sentarse a estudiar, descubren que no saben nada y, generalmente, están completamente perdidos en los temas que se dieron en las últimas clases.

Ahora sí, veamos qué es lo que hay que hacer para llevar las materias al día.

Consejos para llevar las materias al día

1. Repasa los apuntes el mismo día

Luego de explicada la clase, aunque no te sientes a estudiar realmente, ni quieras subrayar ningún texto, o aunque no pienses en plantear ningún problema propuesto, igual debes tomar los apuntes de clase y leerlos.

¿Cuánto tiempo puede llevarte eso, 15 minutos, 20? No más que eso seguro.

Entonces, concéntrate durante este periodo de tiempo y lee lo que escribiste. De paso, corrige los errores y, si te es posible, haz un esquema tipo árbol o mapa mental, donde se organicen los temas que fueron vistos en clase. Hacer esto te va a permitir tener presentes los temas en tu mente.

2. Cumple con lo que te piden de una clase a la otra

Y aquí es donde entra en juego la inteligencia del estudiante. Cada profesor de cada materia cree que el estudiante tiene toda la semana para su materia y esto no es así.

Por lo tanto, el docente puede exigirte mucho. Entonces, tienes que identificar aquello que es más importante hacer, tratar de no perder tiempo en tareas repetitivas y cubrir todos los conceptos.

Por ejemplo, imagina que un profesor te pide que para la próxima clase resuelvas 9 ejercicios prácticos de la guía de problemas. Al ver los ejercicios, detectas que los temas de los problemas se repiten. Hay 3 grupos de 3, es decir, 3 problemas de cada tema. Algo que podrías hacer es, en vez de resolver 3 problemas de un mismo tema, intentar resolver un problema de cada tema. Luego, si tienes más tiempo, resuelve el resto.

Esta es una forma de asegurarte de ir cubriendo la mayor cantidad de tópicos.

3. Lee los apuntes antes de ir a clases

¿Te ha sucedido que llegas a clase y la profesora comienza a explicar y escribir en el pizarrón y no tienes idea acerca de qué está hablando? ¿Te lleva minutos volver a conectar con los temas de la clase anterior?

Si te sucede, es porque no estás leyendo los apuntes antes de ir a clases.

Lo bueno de este problema es que la solución es bastante sencilla. Puedes ir leyendo los apuntes de la última clase en el transporte público, mientras viajas a la universidad, o incluso, en el aula, en esos minutos previos antes de que llegue el docente.

Si dispones de más tiempo, lo ideal sería que te sientes a leer 15 minutos en tu casa antes de ir a cursar.

No tienes que estudiar ni memorizar. Tan solo tener una idea de lo último que has visto la última clase para poder seguir con lo que se empezará a dar, salvo que sea un tema completamente nuevo.

4. Estudia todos los días o define días fijos

Lo ideal es estudiar todos los días o, al menos, realizar algún tipo de actividad académica. Pero si no te es posible, porque tal vez tienes un empleo o tienes que colaborar en tu casa, entonces distribuye esa carga horaria en algunos días puntuales de la semana.

Por ejemplo, si los días martes trabajas en un turno completo, reparte los tiempos de estudio los otros días, pero asegúrate de que la carga horaria alcance para cubrir los temas que tienes que estudiar.

¿Cómo darte cuenta si estás distribuyendo bien esta carga? Si te empiezas a atrasar con los temas es porque tienes que dedicar más tiempo, o estudiar con mayor eficiencia.

5. Calcula imprevistos

La vida no es solo estudiar, realizas también otras actividades, muchas de las cuales aparecen de pronto sin avisarte. Desde cubrir un turno extra en tu empleo, hasta acompañar a un familiar a hacer un trámite o al médico.

Entonces, tienes que tener tiempo de sobra cuando planificas para la clase siguiente. Recuerda que puede que algo inesperado ocurra y te quite tiempo.

6. Cubre las guías de ejercicios o trabajos prácticos

¿Estudias materias vinculadas a las matemáticas o en la que hay que resolver ejercicios de algún tipo? Seguramente esas materias vienen con su guía de trabajos prácticos con docenas de problemas para resolver. Es probable que te hayas percatado de que esas guías son enormes y no se pueden resolver todos y cada uno de los problemas.

Entonces, lo que tienes que hacer es cubrir la guía. Es decir, identifica cuáles son los conceptos a aprender, selecciona aquellos ejercicios que los incluyan y resuelve solo esos. Si te sobra tiempo, resuelve más, pero solo si te sobra tiempo.

Este consejo puede resultarte un poco chocante. ¿No se supone que como estudiante hay que resolver todo? ¡No! Como estudiante, tienes que desarrollar la inteligencia para diferenciar lo que es importante de lo que no, para aprender a administrar tu tiempo y tus prioridades.

Te recomiendo que leas el artículo sobre cómo resolver guías de trabajos prácticos en la universidad.

7. Determina prioridades

¿Cursas muchas materias al mismo tiempo y todas te exigen demasiado? Determina qué es más importante día por día. Algunas jornadas las dedicarás a una materia y luego esa quedará en segundo plano para darle paso a otra.

Utiliza bloques de estudio fijos para que una asignatura no le robe tiempo a otra. Dentro de ese bloque, ponle atención a lo que es más importante. Recuerda que es probable que no tengas tiempo para poder resolver y estudiar todo. Prioriza lo más relevante y descarta el resto.

8. Enfócate en los exámenes

De a poco, al acercarse la fecha del examen, tienes que empezar a pensar en todo lo que se necesita saber para rendirlo y qué tipo de preguntas pueden aparecer.

Para evitar tener que estudiar mucho en los últimos días, es importante que te vayas preparando para el examen. Para ello, busca exámenes que ya hayan sido tomados y examina las preguntas. ¿Sabes responderlas? ¿Puedes resolver los ejercicios prácticos que se plantean?

No esperes a la semana previa al examen para enfocarte en el examen. Comienza, de a poco, cuanto antes. Esto hará que llegada la evaluación, no tengas que estudiar, sino más bien reforzar los temas que ya dominas.

Mantén la constancia con estos tips y tendrás éxito

Si logras mantener la constancia y seguir estos consejos que describí, podrás llevar las materias al día en la universidad. Repasa el artículo ¿Cuál es el gran secreto para graduarse en la universidad?

El gran beneficio que obtendrás será que mejorará tu rendimiento académico. Pero, además de eso, ganarás confianza y optimismo. Verás que todo fluirá mejor y padecerás menos estrés en la época de exámenes.

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Te espero en el próximo artículo de Mentes Liberadas.

Acerca del Autor

Alejandro De Luca

Nací en Buenos Aires y soy programador web. Me defino como un rebelde autodidacta y cafeinómano. Vivo comparando la vida real con Los Simpsons. Creé Mentes Liberadas para compartir consejos, recursos y herramientas para la escuela y la universidad. Vivo en Montevideo, Uruguay.

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